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El sol apenas comenzaba a calentar las calles de La Marichuela cuando, poco a poco, jóvenes, familias y curiosos empezaron a acercarse al punto donde la Alcaldía Local de Usme y la Subred Sur habían desplegado toldos, afiches y mesas informativas. No era una feria cualquiera: era una jornada dedicada a hablar de algo que pocos se atreven a decir en voz alta, pero que todos necesitan conocer. Sexualidad, prevención del embarazo, autocuidado y derechos reproductivos. Temas urgentes, especialmente para una localidad que lucha a diario por abrir oportunidades para sus jóvenes.

La mañana avanzaba entre risas tímidas, preguntas sinceras y miradas curiosas. A un costado, el psicólogo Elber González explicaba con calma la importancia de vivir la sexualidad “de manera informada y responsable”. Su experiencia, contaba, le ha mostrado que la comunidad de Usme es receptiva, abierta y dispuesta a aprender. “Esto no funciona sin el apoyo de la Alcaldía”, repetía con gratitud, señalando que gracias al Convenio 1241 estas jornadas han logrado llegar no solo a los barrios centrales, sino también a las veredas más alejadas de la localidad.

Cerca de allí, el psicólogo Daniel Jiménez escuchaba con atención a un grupo de estudiantes que, entre dudas y risas nerviosas, le preguntaban cómo enfrentar situaciones que nunca les habían explicado con claridad. “Los jóvenes tienen muchas preguntas que nadie les responde. Por eso estas jornadas son esenciales”, decía Daniel, convencido de que la educación sexual salva vidas y también proyectos de vida. Su mensaje era sencillo y profundamente humano: autocuidado, respeto y amor propio como pilares para una vida plena.

A pocos metros, la terapeuta ocupacional Norma Gordillo sostenía en sus manos un kit de prevención y explicaba, con la paciencia de quien sabe lo difícil que es romper mitos, cuáles métodos anticonceptivos existen, cuáles son hormonales, cuáles no, y cómo acceder a ellos sin miedo ni vergüenza. “Prevenir también es disfrutar de la sexualidad desde la responsabilidad”, repetía mientras entregaba información esencial que, para muchos, era completamente nueva.

Lo que sucedía en La Marichuela no era solo una feria: era un ejercicio de confianza. Un espacio en el que la juventud de Usme podía hablar de lo que normalmente se calla en casa y en el colegio. Un escenario para derrumbar silencios, romper tabúes y, sobre todo, construir decisiones conscientes.

Mientras la jornada avanzaba, la frase que más se escuchaba entre los equipos profesionales era la misma: si relaciones queremos tener, prevención debemos aprender. Y es que detrás de cada explicación, de cada conversación improvisada, estaba la voluntad de la Alcaldía Local de Usme por proteger a su juventud, darle herramientas y acompañarla en la construcción de un futuro posible.

Cuando los equipos comenzaron a recoger los materiales, quedó en el ambiente una sensación de tarea cumplida. No por haber entregado un folleto más, sino porque ese día La Marichuela se convirtió en un aula abierta donde jóvenes y adultos entendieron que la prevención no es prohibición: es libertad acompañada, es vivir con responsabilidad, es elegir con información.

Desde el corazón del barrio, quedó claro que estas jornadas seguirán recorriendo Usme, sembrando conocimiento, hablando sin miedo y recordando que la sexualidad, bien entendida, también es un acto de cuidado propio.

Desde La Marichuela, esta es una crónica para Radio Usme. Porque cuando Usme educa con cariño y verdad, la vida se transforma.